El
bebé in útero ya es capaz de tocar, gustar, ver, oír moverse, sentir y
responder.
Al
cuarto mes de gestación puede registrar el palpitar del corazón de su mamá, los
sonidos del fluir de la sangre y los del aparato digestivo. Entre el quinto y
sexto mes captar las voces de los padres y la música del exterior.
El
cuidado que la mujer dispense a su cuerpo durante la gestación tienen efectos
beneficiosos en la salud del bebe.
Los
psicólogos que estudian la evolución pre natal vean el núcleo mismo de la
personalidad humana como algo que se forma no ya durante los tres primeros años
de vida, sino más bien desde el útero, los estudios realizados demuestran que
la formación de la personalidad tienen lugar por mediación de una comunicación
intensiva entre los padres especialmente entre la madre y el niño que va a nacer.
Si
los mensajes que comunican los padres son afectuosos y congruentes, pueden
entablar con su hijo antes de que nazca un diálogo recíproco que se va
prolongar después del nacimiento.
Los
bebés in útero son capaces de captar tanto la carga emocional trasmitida por el
lenguaje hablado como las actitudes y los afectos que no se expresan
verbalmente.
Las
investigaciones demuestran que tanto el niño por nacer como el recién nacido es
un individuo sensible, intuitivo y capaz de sentir emociones, está dotado de
notables capacidades preceptúales y mentales.
El
sistema de armonización intrauterina puede ayudar a los futuros padres a
resolver conflictos emocionales y enseñarles a comunicarse con el hijo que va a
nacer, estimulándolo de una manera sistemática, científicamente eficaz y de
forma amorosa.
Desde
canciones y danzas hasta trabajos con los sueños y las fantasías guiadas,
ejercicios de yoga y masajes, los padres que eligen éste sistema contarán con
recursos psicológicos eficaces para enriquecer la vivencia del embarazo y
brindar a su hijo el alimento más necesario: el del amor.
Los
niños tienen una habilidad innata de aprendizaje, de no ser así la especie
humana se hubiese extinguido.
Si
tenemos en cuenta que no ha habido cambios estructurales a nivel del sistema nervioso desde el hombre
del Paleolítico Superior, a qué debemos
atribuir los avances de la humanidad
sino a la inmensa capacidad para adaptarse, cambiar, aprender, y que es
propia de la especie hombre.
El
niño está dotado al momento del nacimiento con una amplia parte de su cerebro
que no está comprometida con ningún plan o conducta especial.
El
niño se desarrolla como un aprendiz natural, capaz de responder a los
cambiantes demandas de la vida con extraordinaria flexibilidad.
Los
niños representan la esencia de la innovación y la ingenuidad. De acuerdo a los
científicos la evolución de los seres viviente depende de los cambios en los
pequeños de cualquier especie.
Es interesante advertir que los “genios” adultos de una cultura se asemejan más a los niños en sus actitudes hacia la vida. Picasso, Miró y Chagall desplegaron un estilo infantil en sus pinturas. James Joyce se refirió mucho en sus recuerdos infantiles en sus escritos. Einstein recurrió a sus fantasías de la infancia para crear su teoría de la relatividad.
La
cara del genio es multifacética. Un niño no debe pintar la Gioconda o recrear la teoría de la relatividad para
calificar como genio. Cada estadio evolutivo tienen sus elementos únicos que
prestan su carácter específico a los distintos tipos de inteligencia.
El
saber que esperar de cada estadio nos hace más capaces de responder a las
necesidades de aprendizaje del niño.
Cada
nueva visión, sabor, tacto, olor o sonido le presentarán oportunidades para
nuevas investigaciones. Al niño comenzar a caminar, se le abre el mundo y
comienza un “romance” con la vida.
Texto tomado de: http://www.estimulosadecuados.com.ar/ninostalentosos.htm
Imagen tomada de: http://liviarodriguez.files.wordpress.com/2010/02/ninos_superdotados.jpg
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